QUE CHULO EN REP.DOM. SE COSECHA CANELA, NUESMOSCADA Y OTRAS....






pocos se les ocurre pensar que en República Dominicana se siembran productos de uso común, pero de orígenes tan exóticos como la canela, la malagueta, la nuez moscada, la cúrcuma o el clavo dulce. Sin embargo, aunque todavía no las produce en cantidades industriales, un programa agropecuario reúne éstos y otros cultivos en torno a un proyecto de conservación del medio ambiente y el desarrollo comunitario. Versión impresa PDF
Se trata del Programa Cultivos Tropicales, una finca ubicada en el paraje Doña María (Cevicos, Juan Sánchez Ramírez) que cuenta con 250 hectáreas (unas 3,980 tareas) en las que se siembran y procesan de manera artesanal distintas especias de uso frecuente en la cocina dominicana, además de otros cultivos como frutas exóticas y el palmito de pejivalle.
A pesar de que estas especias son propias de regiones tropicales, en el país no se había intentado antes su cultivo a gran escala. La idea de hacerlo le surgió al empresario Enrique Armenteros, quien durante años fue importador de estos productos, además de un gran amante de la naturaleza, y en particular de los árboles.
“Yo importaba nuez moscada de Mérida, Yucatán y traía canela de la India. Un día, dije: ¿por qué en esta isla, que está en el mismo meridiano, no tenemos esas cosas? Casi todo venía de Granada, a la que llamaban la isla de las especias”. Y así comenzó todo, con un proyecto de pimienta negra que luego fue incorporando el resto de las especias, traídas de los lugares donde se producen con mayor calidad.
El proyecto, creado en 1984, forma parte de las iniciativas de la Fundación Progressio (responsable de la Reserva Científica Ébano Verde, de Casabito, en la carretera que lleva a Constanza, y el Bosque de la Vida, ubicado en el Distrito Nacional). Aunque, como cuenta su director ejecutivo, José Ángeles, los propios embates de la naturaleza se encargaron de retrasar, al menos 12 años, los resultados esperados para una iniciativa que busca garantizar la sostenibilidad del resto de los programas de la fundación, a través de la comercialización tanto de las especias, como de sus aceites esenciales.
Además de los fines de soporte económico de la fundación, la finca sirve como reserva de cultivos no tradicionales a la que algunas universidades se acercan, organizando visitas guiadas para sus estudiantes de agronomía. También se está planificando la organización de senderos ecoturísticos.
Entre las frutas exóticas que se cultivan en la finca, al margen de las especias, se encuentran el zapote chino, el mangostán, el abiú, el icaco, el lichi, el canistel, la macadamia, el rambután, y la palma de acaí. También otras plantas y árboles como la flor de Jamaica, el eucalipto y el ylang-ylang. •

El palmito de pejivalle
El pejivalle es una palma procedente de Centroamérica y Suramérica, cuyo fruto es muy similar al palmito de la palma real, con la ventaja de que su explotación comercial es sostenible. La palma real, cuyo corazón se vende en las calles de la capital (pese a ser ilegal) es una especie protegida por ser el hábitat natural de la cigua palmera, ave endémica del país. Para cosechar su corazón se tumban árboles de 25 años de edad en adelante.  En la Finca de Cultivos Tropicales hay alrededor de 130 mil palmas que se cortan cada dos años para su comercialización. “Es un poco trabajar para el inglés. En una lata de palmito se van tres palmas”, explica Armenteros, responsable de su introducción al país. Pero para él se justifica: “Trajimos el pejivalle para ayudar a salvar la palma real”, comenta.
Los frutos de esta palma se comercializan en algunos supermercados de la ciudad, a un precio más bajo que el palmito importado, pero su consumo aún no es muy popular.

El mito de la canela
“Hay muchas creencias falsas en torno a la canela. La gente piensa que uno va debajo del árbol a recoger cortezas secas, que éste las suelta, y no es cierto”, explica Emilio Manzueta, encargado de la finca. La canela que se produce en esta finca tiene su origen en Ceilán. Se trata de la canela “verdadera”, distinta a la que se está comercializando en los supermercados, la llamada “canela china”, que es más barata porque su proceso de obtención es menos arduo, pero tiene menos esencias.
El proceso es el siguiente:
Se cortan árboles jóvenes (5-6 años), con un diámetro de 5-10 pulgadas, conservando el tocón en el suelo para que rebrote.
Se les retiran las ramas secundarias y se corta en trozos de 20-30 centímetros. Se les retiran las impurezas (musgo, líquenes).
Se procede al descortezado.
Se deja tapada, a la sombra, durante dos días, para que las esencias se concentren más. Luego se saca a medio sol, y al cabo de 5 ó 6 días, la canela adquiere el aspecto que conocemos. A medida que se deshidrata, se va enrollando como un cigarro.
La recolección la realizan hombres y 8 mujeres se encargan de la parte manual de la limpieza, antes y después del secado.