Por: Enmanuel Mera.
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La farsa es una
obra de teatro breve de carácter cómico que satiriza de forma ridícula y
grotesca el comportamiento humano. Es decir que, se caracteriza por mostrar
hechos exagerando la realidad, con la intención de que el público capte una
realidad evidente.
Precisamente una
realidad evidente, es lo que han venido mostrado las autoridades de Villa
González con el conflicto generado en torno a una carta de no objeción de uso
de suelo, para la instalación de una empresa Operadora de Desechos
Hospitalarios. ¿La realidad? Sus intereses.
Intereses que, a
pesar de los intentos de confundirlo con una lucha a favor de los munícipes,
muestra unos concejales, alcalde y demás fieras de la edilicia selva local,
sedientos de protagonismo.
Protagonismo que
han querido utilizar, todos, para marca una diferencia entre buenos y malos; y
de esta manera encubrir sus errores y fallos, lanzándose las cajas, cajitas y
cajones, ocultando la realidad al pueblo que hoy, en su mayoría, se arrepiente
de haberlos elegidos como representantes.
Por tal razón,
tanto el alcalde como regidores son farsantes, ya que así lo han
demostrado en la práctica. Excelentes ejecutantes de la farsa teatral; pues por
medio de mentiras y de acciones ridículas han dejando en evidencia la realidad.
Sus intereses, intereses que se siempre han estado colocado por encima de los
de los munícipes, por encima del municipio.
Intereses de
todos los colores partidarios, de todas las tendencias políticas, intereses de
poder económico, político y religioso, intereses de dominar y controlar; pero
intereses que no son ni los tuyos, ni los míos, ni de nadie que no
pertenezca a su sequito de alcahuetes capaces de engañar, destruir y enfermar a
todo el municipio con tal de juntarse con unos chelitos.
Pero que
Farsantes son.