Es casi paradójico. Décadas explorando las distancias más insondables, tratando de conocer lo que está lejos de nosotros, intentando descubrir vestigios de vida en otros planetas… cuando bastaba desbrozar un poco el jardín trasero para descubrir que allí hay una huella de dinosaurio. No es la premisa para un capítulo de “Big bang theory” pero podría serlo. Es lo que ha sucedido en el Centro de Vuelo Goddard perteneciente a la NASA, en cuyo recinto, en medio de la zona jardinada, se ha descubierto la imprimación en el suelo de la pisada de un dinosaurio que pasó por allí hace entre 110 y 112 millones de años.
No han necesitado cohetes, telescopios, rovers ni seguimiento remoto de una misión a millones de kilómetros.
Ha bastado que alguien despejase un poco de maleza parte del entorno del Centro Goddard para descubrir el rastro de un nodosaurio, un hervíboro acorazado que vivió en el Cretácico en las inmediaciones de donde ahora se levanta ese centro de la NASA y que dejó muestras de su existencia en forma de pisada que se ha mantenido conservada hasta la actualidad.
Una pisada de unos 30 cms. de ancho correspondiente a una criatura que podía alcanzar los 6 metros de longitud y que bien puede recibir, desde ahora, el apodo de NASAsaurio. ─[NASA]