La máquina, comercializada por Blest Corporation (la empresa del inventor), calienta el plástico y atrapa los vapores por medio de un sistema de tuberías que enfrían y condensan los vapores y los transforman en crudo. Este petróleo puede usarse directamente en generadores y estufas, aunque si se refina, puede usarse como la gasolina convencional.
La eficiente máquina puede procesar 907 gramos de plástico (incluyendo polietileno, poliestireno y polipropileno) en 0,94 litros de petróleo consumiendo un kilovatio de electricidad en el proceso.
Obviamente, quemando el petróleo también se libera CO2 a la atmósfera, pero en este caso, al petróleo usado para fabricar las bolsas se le da un doble uso, en lugar de enviarlas directamente a un vertedero, lo que también supone una reducción del consumo en el transporte.
La máquina va dirigida a particulares, aunque su coste (unos 10.000 dólares) es bastante prohibitivo. Si se incrementa la producción puede que baje.